Capítulo 59: La fiesta del fin del mundo

Artur Mas se me acerca y me dice que me ha enviado la foto y que qué bueno, que qué broma. Yo no le acabo de oír, o de entender, entre la música, la gente, y el alcohol, sobre todo el alcohol. Patrick Hernández suena a todo volumen a través de una grandes altavoces colgados del techo. La gente vitorea al dj, le da gracias por hacerles sentirse vivos, se lo quieren follar. Hay champán. Hay hombres trajeados lamiendo el escote de mujeres adornadas con lentejuelas y diamantes. Hay sexo en los lavabos y polvos blancos. Hay guardaespaldas por todos partes, pajaritas y espesas cortinas de color beige. Hay globos, confeti y pancartas que nos desean un feliz 2014. Faltan quince días para fin de año y puede que parezca un poco pronto para celebrarlo, pero si el mundo se va a acabar esta noche será mejor que lo celebremos hoy.

Aprovecho las últimas notas de la canción para quitarme a Mas de encima y necesito ir al servicio. Recorro los largos pasillos de este palacio de mármol y pan de oro, con cuadros que no había visto nunca de pintores que todos conocemos. Por aquí y por allí hay gente hablando con gente, tramando cosas, cuchicheando, flirteando. Hay copas y botellas por el suelo, hay ropa interior, hay promesas de amor.

Finalmente encuentro unos lavabos. Entro, me bajo la bragueta y meo, y mientras meo tengo algunos pensamientos sobre este último año, sobre Ana, Deivid y el largo adiós. Sobre las las puestas de sol, la musaka y las bolas de tomate frito. Sobre Claudia y un futuro pasado. Sobre los viejos amigos, Artur, Paco, Grant y Kurt; y sobre los nuevos, como el señor Casals. Sobre las fiestas, el lujo y los coches caros. Y también sobre este día, sobre el plan.

Tiro de la cadena, y mientras me subo la cremallera miro por una ventanilla que da al exterior, a la profundidad abisal. Está oscuro y no veo nada. Quizás la silueta de un pez, a lo lejos, que se acerca. Se acerca lentamente y se pega al cristal, como si su boca fuera una ventosa, como una sanguijuela. Y parece como si me quisiera decir algo, algo así como:

—Sal de aquí.

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